Adrián Blázquez de ALTORO
Por Adrián Blázquez
Hablando con José Luis Cantos es fácil contagiarse de su pasión y dedicación por el mundo de los toros. Autor de la trilogía de la Monumental de Barcelona primero, su obra se ha multiplicado en los últimos años con la publicación de Confidencias (2018) y Las últimas 24 horas de Joselito El Gallo (2020). En esta ocasión y dejando atrás el centenario del Rey de los Toreros, hemos querido charlar con él sobre su libro Confidencias; un libro ameno que recupera el legado de Antonio Santainés Cirés con unas entrevistas cuidadosamente seleccionadas que llegaron a manos de José Luis en forma de grabación. Rafael El Gallo, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Domingo Ortega, El Andaluz, Ángel Luis Bienvenida y Pepín Martín Vázquez son los protagonistas de un contenido que José Luis ha sabido darle forma y donde se mezclan las peculiares maneras del profesor con la importante labor biográfica que ha desarrollado el propio escritor en forma de anotaciones para dar consistencia al libro.
[P] ¿Qué supone Antonio Santainés Cirés para José Luis Cantos Torres?
[R] Lo primero que hay que resaltar de Don Antonio es que era una persona íntegra, algo indispensable hoy en día a la hora de tener amigos. Gracias a eso se cosechó muchos problemas y enemigos. Él concebía las cosas de esa manera y así las defendía y expresaba. Don Antonio en ese sentido siempre tuvo mi respeto. Cuando fui a hacer la trilogía de la Monumental, fue la primera persona que me apoyó y estuvo a mi lado. De alguna manera nos teníamos mucho aprecio y aprendí muchas cosas de él, con esa forma tan concreta de escribir y narrar las historias. En él se dio una cosa muy importante y es que no fue un mero crítico, sino que además era un buen historiador. Esto se ha dado mucho en Cataluña. Hay una gran diferencia entre ser un crítico y un historiador. Cuando Don Antonio hablaba de algo lo hacía con propiedad, porque buscaba donde fuera la información. Eso tiene un valor impresionante. En Madrid hay muchos críticos que a lo único que se dedican es a criticar, pero no tienen nada de historiadores. Don Antonio se pasaba horas hablando con un torero para escribir un artículo en el periódico que no superaba nunca la página y media. Eso nos indica que era una persona con una autoridad que debe respetarse porque hoy en día ese tipo de gente escasea.
[P] Hay algo especial en esas conversaciones de Antonio Santainés, pues mezcla el cariño que parece tenerle al torero con una clara tendencia a formular preguntas directas que parecen impensables para el periodismo actual.
[R] Ahí reside la verdadera valía de estas entrevistas y del periodismo de Don Antonio. Él era muy directo y algo que siempre preguntaba era la cantidad que cobraban los toreros. Son preguntas que te acercan al torero como persona. Cuando Don Antonio murió tenía 155 cintas de aquellos antiguos casetes con entrevistas a toreros, pero yo he elegido siete de ellas. Hablamos de toreros que pudo encontrarse a lo largo de su vida, porque hay que recordar que él nace en 1928 y que la primera vez que fue a una corrida de toros, tras la guerra civil, fue en Las Arenas a principios de 1939; la Monumental estaba cerrada. Es a raíz de esta primera corrida cuando entra en el mundo del toro. A partir de los años 1955 y 1957 empezó a grabar a muchos toreros y cuando él muere, todas las cintas me las regalaron a mí. Eso tiene un valor incalculable. Lo primero que hice y que él siempre lo tuvo en mente, fue digitalizar todo ese contenido. Tenía ese miedo a donde llevarlo por si se lo copiaban o se lo estropeaban. Esta tarea me llevó unos tres meses, en los que fui grabando todos esos casetes antiguos en un soporte digital.
Empecé a escucharlo y fue cuando pensé que había que hacer un libro para contar todas aquellas historias, pues ya me hubiera gustado a mi que de Lagartijo, Frascuelo o Guerrita pudieran contarse cosas tan directas e importantes como el trato que tenían con los empresarios o las peleas con compañeros. Es de ahí donde surge este primer libro que yo he hecho, pero del que Don Antonio tiene todo el mérito porque todas esas cintas que guardó durante cincuenta me llegaron en perfecto estado a pesar del antiguo sistema analógico.
[P] En el libro también encontramos anotaciones con fechas que apoyan las conversaciones de las cintas con datos exactos.
[R] Tuve que hacer un trabajo de historiador, pues yo tenía la base de unas entrevistas que tampoco se planteaban como tal y estaban mas cerca de una charla entre dos personas que se entienden. Para el libro fui aportando documentación de lo que se iba hablando en la entrevista para que el lector pudiera situarse en cada momento de la historia y en cada situación. Toda la investigación se basa en la hemeroteca y es mi principal aportación al libro.
[P] Algo muy importante es el contexto en el que están hechas las entrevistas, pues a todos los protagonistas les pilla en una edad madura en la que pueden echar la vista atrás para hacer balance con ese peso que dan los años.
[R] También se da que la vida de estos toreros de época y sus vivencias no se pueden comparar a las que tienen los toreros de hoy en día. Tenían unas vidas y unas relaciones singulares con las personas y lugares, coincidiendo además con toreros inimitables. Eran héroes sin toda la carga que hoy se tiene hacia el mundo taurino.
[P] ¿Qué vivencias le ha aportado a usted este libro?
[R] Con este libro me han pasado cosas muy bonitas, como no me habían pasado con otros libros. La primera presentación que hice fue en Cretas, donde nació Nicanor Villalta; vino el alcalde, familiares suyos que aún viven en la ciudad e incluso recibí una grabación de su nieta para ponerla en la presentación. Fue algo con un sentimiento y una humanidad preciosa. La cita en Barcelona fue algo entre amigos, sin rozar esa altura. Después fui a Madrid y vinieron las dos hijas de Antonio Bienvenida, su nieto y la hija del doctor que le curó. Fue precioso, con foto de familia incluida, pero sin público que llenara la sala Antonio Bienvenida. En Sevilla se rompió el cuadro de una manera bárbara, con la hermana de Pepín Martín Vázquez, su mujer, sus hijos; también los de El Andaluz y sus nietos. Cuando todas aquellas personas oyeron las voces de sus familiares, fue algo muy bonito. Muchos de ellos ya no tenían ninguna grabación de algo tan personal como lo es la voz. Tenía que haber presentado en Ciudad Real, pero con el tema de Joselito y su libro tuve que dejarlo.
[P] Entre esas 150 cintas, ¿Cómo se eligen siete protagonistas?
[R] Una de las razones fue el formato del libro. No podía permitirme un libro de 700 páginas porque es mas complicado de vender. Tiene que ser un formato ameno y que se pueda leer en cualquier sitio. Ahora tenemos el formato digital, con el que de alguna manera hay que competir. El lector taurino quiere tocar y sentir el papel, pero si puedes estar alrededor de las 275 hojas puedes poner un precio asequible. Elegí siete, como siete son los días de la semana o los mares [risas]. Todos los libros que he escrito son además autoeditados.
[P] Hemos hablado de la autoedición y la autopromoción, además de la realización del propio libro. ¿Todo ese trabajo requiere una dedicación completa?
[R] Hay que dedicarle mucho tiempo. A parte del libro en sí, hay que tener la idea clara sobre como quieres que sea el libro y yo en ese sentido me involucro mucho. Diseño las portadas, los marcos de las fotos y el resto de las cosas porque es algo que me gusta. Además, hay que pagarlo y ahí entra en juego el presupuesto de cada uno. Viviendo en Barcelona no hay ninguna institución pública que ayude y los medios de comunicación taurinos dan la información que quieren, cuando quieren y como quieren.
[P] Para el publico en general, Confidencias es todo un desconocido.
[R] Yo no vendo en ninguna librería, a excepción de la Librería Rodríguez, porque es el referente taurino por excelencia y existe un trato directo entre librero y escritor. Si quisiera que estos libros tuvieran una promoción en las librerías españolas, todo se resume en un dinero que no puedo pagar ni permito que deba pagarse. Si yo quisiera tener los libros en todas las librerías o en una gran plataforma, esta los pide a través de una distribuidora que le gana un 30% que hay que sumar al otro 30% que se lleva el punto de venta; de los 15 euros que cuesta el libro, le tendría que descontar un 60%. Al final soy yo quien tiene que pagarles a ellos y por eso no hay mas promoción fuera de los sectores taurinos. Ahora hay otros caminos y con la pandemia se ha demostrado que internet es el modo mas seguro de comprar ahora mismo. Como yo pago mis libros, decido lo que hacer con ellos.
[P] Las historias en papel y su legado con el paso del tiempo, ¿influyen en que lo electrónico no acabe de desplazar al formato físico?
[R] Sobre todo con el público taurino, con el que estoy muy agradecido y no me canso de hacer libros. En el futbol se mueven muchísimos mas millones que en la tauromaquia, pero no consumen libros. El libro taurino en cambio es diferente. Desde la Librería Rodríguez están muy sorprendidos con el libro de Joselito porque se está vendiendo en el mundo entero. Yo no los mando fuera de España, de la península, pero él los hace llegar donde sea. Hace unos días me contaba que le habían pedido el libro desde un cura de Perú hasta un aficionado de Texas.
[P] Cuando a uno le llegan esas noticias, ¿cómo le hace sentir?
[R] Es bonito, porque yo considero que escribir sobre tauromaquia es un legado de la historia. No suelo hablar solo de un torero en concreto, pues le pongo alrededor cosas que está relacionadas con la ciudad o los personajes que estuvieron en la plaza. Siempre busco cosas así. Cada vez que veo una persona deseosa de leer, me doy cuenta de que esos toreros siguen despertando un halo que atrae a las personas y les incita a querer saber como eran, lo que comían y como vestían. Si de aquí a un tiempo logran acabar con la tauromaquia, no tengo ninguna pena al pensar que el hecho de haber escrito los libros haya sido para nada. Cuando pasen los años, estos despertarán la misma pasión que a los que estaban en la Plaza de Toros de Talavera viendo a Joselito y levantará la misma pasión.
[P] ¿Sería posible escribir de la misma manera con la tauromaquia actual?
[R] A mi no me atrae lo mismo, sinceramente. Entre otras cosas, la coletería actual es un poco clasista y no es fácil. Cuando estuve haciendo el último tomo de La Monumental con los toreros actuales, era complicado hasta pedir una fotografía. Un camino en el desierto. La situación actual es fruto de su propio quehacer.
[P] Uno de los principales problemas que tenemos ahora y quizás la razón por la que nos atraen los toreros antiguos es esa cercanía que tenían con el pueblo, que veían en ellos una figura inalcanzable pero que había salido de ellos.
[R] Falta verdad y humanidad. En Confidencias se reproducen las palabras del brindis que le hizo Ángel Luis Bienvenida al doctor Olivé tras la intervención a su hermano Antonio Bienvenida en una cornada muy grande que le tuvo semanas entre la vida y la muerte. Cuando Ángel Luis volvió a torear en Barcelona, que lo hizo en Las Arenas, se encontró con él en la plaza y remató el brindis diciéndole que aquí tiene una familia para lo que le haga falta, tras agradecerle lo hecho por su familia. Los toreros actuales viven al margen de todo.
[P] Con el brindis me viene a la cabeza unas palabras que escribe para cerrar ese capítulo del libro. Se trata de una expresión que, aprovechando su faceta de músico voy a aprovechar para que me explique y cerrar estas líneas. ¿Qué significa la expresión Da Capo?
[R] [Risas] Da Capo es una expresión italiana que se utiliza en la música cuando se ha llegado a un punto o a un final. Cuando se escribe Da Capo, quiere decir que hay que volver a empezar.
Muy agradecido con Adrián Blázquez y con el portal altoro.es por interesarse por mí trabajo y querer saber de mí en la cercanía de una amena conversación. Fue todo un placer conversar con Adrián y una recompensa al trabajo silencioso que conlleva crear y editar un libro. Muchas gracias.
José Luis Cantos Torres