5 de diciembre de 1791
La madrugada del lunes 5 de diciembre de 1791, todos los instrumentos musicales de Viena, susurraron en silencio el dolor por la muerte de Mozart. Aquel diablillo de pelo rubio que nunca se hizo mayor, los había dejado en la más absoluta orfandad. Las exequias del incomparable músico, se llevaron a cabo en la Capilla del Crucifijo de la Catedral de San Esteban de Viena.