LA PLUMA QUE CUELGA DEL FAJÍN DE LA ESPERANZA MACARENA

Cada Jueves Santo, la Esperanza Macarena de Sevilla, lleva fijada del fajín y de la saya, una preciosa pluma de oro con diamantes y zafiros, que la ciudadanía de Sevilla le regaló al canónigo Juan Francisco Muñoz y Pabón. Este hombre de condición religiosa, fue escritor, poeta y un articulista admirable, sobre todo defendiendo y justificando, el funeral de Joselito el Gallo en La Catedral de Sevilla, frente al malestar que supuso para parte de la alta burguesía sevillana, que un torero y gitano, fuera solemnemente honrado en el templo.

Las exequias del Coloso de Gelves tuvieron lugar el 21 de mayo de aquel aciago 1920 y de los insignes artículos que Muñoz y Pabón publicó el mismo 22 y el 23 siguiente en El Correo de Andalucía, extraigo este párrafo de magnitud sublime: “Ahora, si Joselito no ha sido tan funesto para la nación y para la Iglesia como lo son los políticos (aquí entran también los locales), nadie tiene la culpa. El pobrecito puede decirse que no ha hecho mal a nadie. ¡Ojalá que de todos los que mueren pueda decirse otro tanto! ¿Será por esto por lo que en los funerales de los políticos no suele haber más que “la música y acá”, y en las honras de Joselito ha estado “toda Sevilla”, empezando por vosotros, los títulos y los grandes, y acabando por los pobres y los humildes? ¿Es que os duele el contraste?… El remedio no está en Roma: mereced ser queridos en vida y llorados en muerte. El pueblo hará lo demás”.

Finalmente Juan Francisco Muñoz y Pabón, donó tan exquisita reliquia a la Esperanza Macarena, Virgen por la que Joselito sintió una grandiosa devoción.

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