MI PARTICULAR CONMEMORACIÓN
El centenario de nuestra querida Monumental.
MANOLETE se sintió querido y arropado en Barcelona, no hubo ninguna plaza que lo viera lucir alamares más que La Gran Dama.
A su muerte, el ilustre Mario Cabré, admirador del monstruo, concluyó un precioso romance dedicado a él, de esta forma tan maravillosa.
“Hay un río de tristeza,
que desconoce los puentes, el remanso, las orillas y el mar, en donde perderse.
El rezo de las ermitas,
busca un milagro sin suerte.
Por Córdoba la mayor, Manolete, Manolete”.
SENCILLAMENTE SUBLIME.