UN CENTENARIO SILENCIOSO
Cuando estamos a punto de celebrar el centenario de la tercera plaza que albergó en su núcleo urbano Barcelona, mis amigos de Mitaurored, me piden que dedique unas líneas a esa fecha emblemática, el 12 de abril de 1914, que supuso la obtención de la insignia dorada que calificó a la Ciudad Condal, como la única localidad mundial que ha dispuesto de tres ruedos en franca competencia. Para mí, es un honor tal petición, con lo que rápidamente me pongo a ello, para desvelar quien fue aquella jovenzuela coqueta llamada El Sport.
La idea de construir un tercer coso taurino en Barcelona, se gestó en 1913, bajo el impulso de la Sociedad Anónima El Sport, de ahí el nombre que recibió la plaza. La mencionada sociedad, estaba formada por los señores Abelardo Guarner, Luis del Castillo y Rafael Alba, tres empresarios avezados en el tema taurino de la ciudad.
¿Qué impulsó la construcción de un tercer taurobolio?
Sin duda la creciente afición barcelonesa y la nueva Edad de Oro del Toreo, liderada porJoselito «el Gallo» y Juan Belmonte, dos colosos que revolucionaron la tauromaquia.
Para sufragar los 90.000 duros (2.705€ actuales), que costó el proyecto del arquitectoManuel Joaquín Raspall, el trió empresarial tenía solvencia, lo único que faltaba era un lugar adecuado para levantar la obra y este se lo proporcionó Rosario Segimón, aunque fue su marido Pedro Milá i Camps, quien se encargó de todos los trámites de arrendamiento, del terreno que cercaban las calles Marina, Gran Vía, Lepanto y Diputación.
Así se dio salida a la construcción de aquella jovenzuela, que conforme se levantaba su estructura, desvelaba un perfil coqueto, de agradable parecer, mezcla de ladrillos rojos, rebozado blanco y azulejos a juego.
Con la llegada del abril de 1914, la pequeña damisela se mostraba lozana, erguida en medio de unos terrenos de cultivo y con poca edificación en sus inmediatas cercanías.
El 12 de abril de 1914, Pascua de Resurrección a las 3 de la tarde, 8 mozos deVeragua y la coletería andante de Vicente Pastor, Manuel Mejías «Bienvenida», Curro Vázquez y Torquito, inauguraron la puesta de largo de aquella mozuela que albergó en su regazo 11.172 almas, lleno hasta la bandera. El escaso año que estuvo activa la joven Sport, se dieron 13 corridas y 10 novilladas, eso sí, por su platea arenosa, lucieron andares los mejores toreros del momento, incluso maestros retirados de la talla de Antonio Fuentes, Bombita o Machaquito, ocuparon su regazo como espectadores.
Una breve estadística refleja que la primera oreja la cortó Rafael «el Gallo», en la segunda función que se organizó, dejando a su hermano José en blanco. Un buen triunfo alcanzó el gallego Celita, en la encerrona que protagonizó el 12 de julio al despachar un sexteto de Pérez de la Concha.
El herido más grave resultó ser el mismísimo Joselito «el Gallo», al ser prendido cuando entraba a matar al toro «Coletero» de Pérez de la Concha. En la enfermería el gran Coloso de Gelves tuvo que ser atendido de una fractura de clavícula izquierda y una cornada en el triángulo de escarpa de la pierna derecha.
Al finalizar la temporada un fuerte temporal de lluvias que asoló Barcelona, hizo mella en los graderíos de la adolecente plaza y los desperfectos precipitaron una inmediata reforma, convirtiendo su semblante en La Gran Dama de la Tauromaquia Catalana que hoy conocemos, La Monumental.
Desgraciadamente esta conmemoración centenaria, la tenemos que celebrar en el silencio de la distancia que impone dictatorialmente una prohibición, llevada a cabo por una ILP antitaurina, compuesta por 50.000 firmas contabilizadas, lo que representa menos del 1% de los votantes catalanes, y teniendo en cuenta que fue revalidada porCIU y PSC, sin que esta importantísima decisión a la que estos dos partidos dieron prioridad asombrosa, contara en la hoja de ruta de sus programas electorales.