SAN FERMÍN, UN ESPEJO MUNDIAL
Ya trae el viento los cánticos de los mozos pidiendo la bendición del santo más protector que se conoce en el mundo taurino. Las Fiestas de San Fermín, son un espejo refractario de la cultura más exportada de España, una cultura que tiene como elemento principal al toro bravo.
Esto es así, y como prueba ahí tienen a la cantidad de mozos venidos de todo el mundo conocido, para presenciar y experimentar durante una semana, que sucede en Pamplona del 6 de julio que se prende chupinazo, al 14 de julio que se canta con angustia doliente el Pobre Mí.
No solo son personas anónimas las que se interesan por los sanfermines, también artistas de reputada valía, han caído rendidos por lo que allí sucede durante la intensa y movida semana. Y es que la mezcla de riesgo con los encierros, la alegría que reina en la ciudad, las peñas con su algarabía inagotable, las mejores figuras del momento tratando de conquistar la solana, y como no, algún vasito de más, es un coctel de máxima sugestión.
Pues como dice la canción, “7 de julio San Fermín, a Pamplona hemos de ir”.